El secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue duramente cuestionado este martes por legisladores del Congreso debido al despliegue de tropas en Los Ángeles, la remoción de líderes militares clave y la eliminación de programas de diversidad dentro del Pentágono. Además, los congresistas manifestaron frustración por no haber recibido aún un presupuesto completo del Gobierno de Donald Trump.
"Su mandato como secretario ha estado marcado por un caos interminable", dijo la representante Rosa DeLauro, demócrata por Connecticut. Incluso líderes republicanos mostraron preocupación por el proyecto de Trump de crear una "Cúpula Dorada" de defensa antimisiles con un costo estimado de 175,000 millones de dólares.
Ante las preguntas sobre los gastos militares, Hegseth delegó la respuesta en su interventor en funciones, Bryn Woollacott MacDonnell, quien informó que el despliegue en Los Ángeles costará 134 millones de dólares. Hegseth justificó la medida como una forma de proteger a los agentes federales durante las protestas contra las redadas migratorias.
El secretario también evitó comprometerse sobre el uso de tropas dentro del país bajo la Ley de Insurrección, lo cual ha generado inquietudes por la posible militarización del territorio nacional.
Durante la audiencia del subcomité de Asignaciones de Defensa de la Cámara, varios legisladores expresaron su descontento por el presupuesto estimado en 1 billón de dólares que aún no ha sido detallado. Entre los proyectos más criticados están la conversión de un avión qatarí en el nuevo Air Force One y un desfile militar de 45 millones de dólares.
En sus primeros cinco meses, Hegseth ha priorizado cambios culturales en las fuerzas armadas, incluyendo la expulsión de miembros transgénero y el despido de generales “woke”, así como el cambio de nombre de un buque naval dedicado a Harvey Milk. Mientras tanto, su participación en crisis internacionales ha sido limitada.
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