El Gobierno del presidente Donald Trump desplegó miles de soldados adicionales en Los Ángeles durante el cuarto día de protestas contra las redadas migratorias. El contingente de la Guardia Nacional pasó de 2,000 a 4,000 efectivos, y unos 700 Marines del 2º Batallón, 7º Regimiento fueron enviados desde Twentynine Palms para proteger infraestructura federal.
El gobernador de California, Gavin Newsom, acusó a Trump de cumplir la “fantasía trastornada de un presidente dictatorial”. California ha presentado una demanda contra el Gobierno federal por enviar tropas sin autorización estatal, lo cual es altamente inusual.
La fiscalía de Los Ángeles y otras autoridades locales consideran innecesario el despliegue. El fiscal Nathan Hochman argumentó que las fuerzas del orden locales aún no han superado su capacidad operativa.
Durante las protestas, se han producido disturbios que incluyen:
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Incendios de vehículos autónomos
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Agresiones a policías
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Vandalismo a edificios públicos y privados
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Bloqueo de autopistas
La policía de Los Ángeles reportó más de 50 arrestos durante el fin de semana, incluyendo cargos por intento de homicidio, saqueo y agresión a oficiales. Se usaron más de 600 balas de goma y municiones no letales.
Trump defendió su decisión afirmando que “sin la Guardia Nacional, la ciudad estaría en llamas” y dijo respaldar el arresto del gobernador Newsom por obstrucción.
Mientras tanto, la fiscal general Pam Bondi anunció la detención de Elpidio Reyna, acusado de atacar a oficiales federales con piedras. Fue añadido a la lista de "Los más buscados".
Las protestas se han expandido a al menos nueve ciudades más, incluyendo Nueva York, San Francisco, Austin y Filadelfia.
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