El estudio, elaborado por el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), detalla que la mayoría de las víctimas son mujeres (88.2%), con un alto índice de mujeres negras (52.2%) y personas vulnerables (76%). Lamentablemente, los datos también muestran que el 61.6% de las víctimas eran menores de 13 años, mientras que el 11.1% tenían entre 0 y 4 años.
En cuanto a los agresores, el informe indica que en el caso de violaciones a niños menores de 14 años, el 64% eran familiares y el 22.4% conocidos. En las víctimas mayores de 14 años, el 31.2% de los agresores eran familiares, el 28.1% parejas íntimas, el 13.2% conocidos y el 9.9% exparejas. Preocupantemente, el 61.7% de estos crímenes ocurrieron en el domicilio de la víctima.
Las ciudades con las tasas más altas de violaciones por cada 100.000 habitantes son Sorriso (113.9), Porto Velho (113.6), Boa Vista (110.5), Itaituba (100.6) y Dourados (98.6), lo que refleja una alarmante distribución geográfica de este problema.
Los datos del Anuario Brasileño de Seguridad Pública 2024 son un llamado urgente a la acción para abordar la violencia sexual en Brasil. Se necesitan medidas urgentes e integrales para prevenir estos crímenes, proteger a las víctimas y garantizar que los perpetradores sean llevados ante la justicia.
Algunas de las medidas que se podrían tomar incluyen:
- Implementar programas de educación y sensibilización sobre la violencia sexual y el consentimiento en las escuelas y comunidades.
- Brindar mayor apoyo a las víctimas de violencia sexual, incluyendo acceso a atención médica, psicológica y legal.
- Mejorar la investigación y el enjuiciamiento de los delitos de violencia sexual.
- Crear leyes más estrictas para castigar a los agresores.
- Promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres y niñas.
Es fundamental que todos los sectores de la sociedad brasileña se unan para combatir la violencia sexual y construir un futuro más seguro para todos.
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